jueves, 20 de diciembre de 2007

Chupa más y se lo traga todo!!

Y es que no hay como pararse y hacer las cosas bien y con detenimiento para que una tarea lenta, repetitiva y para algunas personas incómoda y desagradable se vuelva rápida, fácil y reconfortante.
Mirar las cosas con detenimiento y comprobar con calma el proceso de funcionamiento de éstas, nos permite una visión periférica y un aprendizaje casi instantáneo de las mismas.

Uno de los principales enemigos del aprendizaje es la pereza. Hay tareas que sabemos que tenemos... si no exactamente el deber... sí una cierta obligación de hacer. Prácticas que suelen antojarse perezosas ante otras mucho más rápidas y divertidas. Lo que no sabemos es que dichas tareas pueden resultar el clímax de la satisfacción una vez practicadas como dios manda.

Todos hemos dicho u oído alguna vez eso de:

-Tanto polvo no es bueno.

o...

-Demasiado polvo para mí.

Incluso llegado a extremos como...

-¡Eres un cerdo!

También nos hemos visto alguna vez en que no es la cantidad, sino que, en un grado normal, el acto plenamente dicho no se está desarrollando con total eficacia a pesar de utilizar los medios convencionales que hemos usado otras muchas veces. Y es aquí donde hay que pararse a pensar. No se trata de cambiar el estropajo con el que frotas, sino, a lo mejor, humedecerlo un poco más, ya saldrá la espuma.

Una vez concienciado de que hay que hacer algo, conviene fijarse en la otra parte. En qué estado se encuentra, qué manipulación ha tenido antes de llegar a tus manos, si se encuentra preparada y apunto para ponerse a trabajar. Últimamente en los jóvenes de hoy en día, está muy de moda el egoísmo, el ya conocido “usar y tirar”.
Así tras largo tiempo sin utilizarla, decidí que ya era hora. La saqué de su cueva y traté de ponerla en funcionamiento. Sorpresa la mía cuando descubro que la última persona que enredó con ella no lo hizo adecuadamente y la dejó en mal estado. Pobrecilla. La parte que se restriega estaba atascada y había perdido su función móvil. Al parecer el último en usarla le dio un empujón demasiado fuerte sacando el cabezal de su sitio. Arrinconándola.

Me puse manos a la obra. La limpié de arriba abajo incluyendo los filtros y le sustituí la bolsa que la tenía mal puesta y llena hasta los topes. Una vez hecho todo esto me dispuse a probarla.
Al pulsar el “on”, el sonido ya hacía notar el cambio. De pronto empezó a succionar todo tipo de cosas con una potencia increíble. No solo se tragaba las bolas de polvo. No. Papeles, bolsas, alfombras, cortinas... hasta unos tornillos que había debajo de la cama fueron devorados por la aspiradora. Resultaba tan divertido limpiar con un aparato tan novedosamente potente, que desmonté parte de la habitación en el proceso.
Al terminar todo parecía distinto. Incluso la alfombra había recuperado brillo, y yo andaba más satisfecho y sonriente que un “sanluís” (qué no sé qué cojones será pero siempre lo decía mi agüela).

Por eso os digo, cuando algo no funcione bien o no lo hayamos probado nunca, os invito a echarle una ojeada antes de tirarlo o de pasar de usarlo, quizá nos sorprendamos al descubrir algo nuevo que nos llena de placer; como una habitación impoluta (y tanto, quedaron los muebles y porque no cabían por el tubo), una máquina arreglada por nosotros mismos o... cualquier otro tipo de experiencia que se nos ocurra...

martes, 18 de diciembre de 2007

Cargando...

[Astronave LÁBIL 02]

[22:00 hora terrestre]

El ordenador central Goglee 0.7 descargaba cartas de navegación para el programa de lenguaje KUVASE Xs, necesario en toda astronave interplatanaria que se adentrase en la oscura zona del universo “Killermusik”.
Una tarea sencilla pero importantísima.

-Goglee 0.7.

# ¿Sí? R.G. Keydeth #

-¿Cómo va la secuencia de datos?

...Silencio...

-¿Goglee 0.7?

De repente toda actividad de la nave se detiene y comienzan a saltar todas las alarmas en medio del caos.

-¡Goglee 0.7 informe de daños!

...Nada. El ordenador central no responde. Chequeo manualmente uno por uno cada sensor y sistema para localizar el problema. Nada funciona. Todas las telecomunicaciones han sido bloqueadas. Reducidas a cero.

-¡No hay energía! Dice mi pensamiento en voz alta. En una de las pantallas de seguridad comienzan a salir los daños causados.

Error 95483:

Volcado de memoria.....................................Failled

Symbol msdl.downloadsymbols.....Failled


Server Goglee 0.7 SingleUser ....................Failled

Built by: 2600.xpsp_sp2_rtm..........Failled

Estado del sistema.......................................Failled

Estado de la energía.........................................Failled

Sistema de energía alternativa........................Failled

Pérdida de datos.....................................................84%

Reiniciando......Esperando fuente de energía alternativa


Salí de mi camarote. Avancé por el corredor central hasta la sala de máquinas.

-¡Sabotaje! –El triple conector se hallaba desaparecido. Sin él no había forma de llevar energía a las comunicaciones de la LÁBIL 02. Por eso el intercomunicador principal y el ordenador madre Goglee 07 habían quedado fuera de servicio. Sumergiendo a la nave en la total incomunicación en medio del frío y oscuro espacio exterior.

Me encontraba buscando una solución cuando apareció tras de mí la P.S. Cía.

-¡Hemos sido saboteados!

-¿Saboteados?

-Han robado el triple conector aislando así la energía de las comunicaciones.

-Am, no, el triple conector lo estoy utilizando yo.

-¿Y has desconectado todo sin avisar?

-No, sólo el teléfono.

-El teléfono y el rooter.

-El rooter no.

-¿Cómo que no? Míralo, desenchufado.

-Am, pero yo creí que eso no pasaba nada.

-Pues que nos quedamos sin Internet

-Ala yo creía que eso estaba sólo enchufado para cargar.

[Fin del comunicado]

domingo, 16 de diciembre de 2007

Caminando...

El blanco dominaba la totalidad del terreno hasta donde alcanzaba la vista. El negro acariciaba el firmamento hasta el infinito. Ambos se unían en el horizonte en una simbiosis perfecta.

Caminaba lento. Casi rendido. Arrastrando su propia resignación.

El frío algodón que le abrazaba hasta las rodillas cada vez que avanzaba un paso, estaba apunto de rendirle. Aún así, sin camino ni final visible, sin ninguna referencia, sin un ápice de esperanza concreta... continuaba colocando un pie tras otro en una irreversible marcha hacia el futuro.


Sus ojos se habían olvidado ya de buscar algún elemento que poder llevarse a la boca, aunque fuera una brizna de hierba. Afortunadamente la nieve sí que se convertía en agua mágicamente al contacto con sus labios y lengua.

Su estómago gemía. Sí. Largos avisos de necesidad que se perdían entre los silbidos del viento, pero no eran comparables al llanto que el alma de aquel hombre emitía, sin descanso ya, desde hacía años.

Una simple sonrisa. Un pequeño destello de amistad en el ojo de una mirada ajena, una mano tendida en la oscuridad... era lo único que podría salvarlo del incesante invierno de su corazón.

Al poco vislumbra un contorno dibujado en la nieve. Y hundido en él el cuerpo de una persona. Se acerca temeroso, confundido, extrañado, precavido... ¿será una trampa? es la frase que se agolpa una y mil veces su cabeza, pero pronto comprueba que el hallazgo no es ningún peligro sino, tal vez, para sí mismo.

Se detiene a observarlo, más que por curiosidad, para concederse el tiempo necesario de meditación. La ética es algo que siempre necesita su espacio.

Al fin lo recoge. Los labios morados y tez inflamada y azul denotan que no se encuentra en muy buenas condiciones. Su frecuencia cardio-respiratoria apenas se hace notar, pero al sentir la manipulación, abre levemente los párpados lanzando una mirada cargada de mensajes de gratitud que cala por completo a quien lo sostiene, para caer seguidamente en la plena inconsciencia.

En un acto que al poco le resulta incomprensible. ¿Por qué lo hace? Se quita el poco abrigo que lleva y recubre el cuerpo desconocido. ¿Acaso sabría perdonarse si lo dejara allí? Curiosamente es esta nueva pregunta la que le sirve de respuesta.

Sin pararse a pensar mucho más lo carga a su espalda y se engaña diciéndose que en el fondo lo hace porque esto le dará más calor que un mero abrigo harapiento.

Las pocas fuerzas se ven surtidas de repente por un halo de esperanza.

Todo tiene un por qué. Se dice.


Lamentablemente el frío y el viento no cesan, y aunque una parte del hielo del corazón del hombre se ha derretido en los últimos minutos, el tiempo transcurrido es largo y ha mellado fuertemente las ganas y el ímpetu con el que una vez inició su camino.

Ahora, debido al peso extra con el que ha decidido cargar, se hunde más en la nieve, avanza más despacio...y tiene menos posibilidades de alcanzar un refugio antes de quedar congelado bajo la nieve. Sin embargo, su espíritu, se siente revitalizado por momentos, lo que le hace seguir más y más. Hasta tal punto que en uno de los vistazos que dirige hacia el pozo sin fondo que le ofrece la cerrada noche, cree percibir el sensual baile de una delgada columna de humo.

¿Una ilusión? ¿Una mala jugada del deseo de supervivencia? En cualquier caso es ese su camino. Un camino incierto... pero inevitable, hacia un porvenir, quizá, ya trazado.


martes, 11 de diciembre de 2007

Billetiiiitos recién impresooos...señora!!!

Que hay que dar la cara con el casero...Keydeth. Que se acaba el papel higiénico, Keydeth (bueno y Tifonia) lo reponen. Que hay un marrón con una factura por arreglar el lavavajinas y la lavadora y hay que presentarse en la inmobiliaria a pelearse... Fofito, el payaso de la tv es el que va.
Tocaba ir a pagar el internete.
Bueno pues si hay que ir pues se va, porque el caso es que de tanto repetir, hasta el más tonto se le queda, que decía uno de los profesores maravillosos que he tenido,(un saludo desde aquí al Padre Luís Vicente), y al menos se aprende algo.

Como nadie parecía preocuparse por pagar la factura a timofónica, se me ocurrió preguntar hasta qué fecha límite teníamos. El caso es que de pronto se impuso una ferviente necesidad por ir a abonar la guita. Pero, por supuesto nadie podía en esos momentos, así que decidí ir yo.
Cierto es, que Cía se presentó voluntaria para acompañarme en dicha misión.

Llegamos los dos a una sucursal de una caja, y nada más entrar por la puerta... ¿? Una chica se nos acerca y nos dice si nos puede ayudar en algo. [Ala así, sin pedirlo ni nada. Yo ya pensé que venía para que donáramos un riñón o algo, con eso de que ahora estamos en navidad...] Le comentamos la operación que nos disponíamos a realizar y muy amablemente nos dijo que se nos había pasado la hora y que los pagos en metálico sólo son de 8am a 10am [Tanta amabilidad me confunde: no hemos tenido que esperar colas, ni soportar bordes, ni... ¿?]
Decidimos ir a un banco cercano por si los horarios de pagos eran diferentes. Nada, ídem de lo mismo... ¿?

-Bueno pues nada mañana volvemos.
-No yo mañana no puedo tendrás que ir solo. [Bueno, la intención es la que cuenta]

El caso es que al día siguiente me levanto temprano para ir a apoquinar la pasta. Entro en la sucursal. Nada... ni cola, dos meras personas. Estupendo, me digo, cuando de pronto oigo...

¡Tilt!...

[Jejeje ése me lo conozco] Me pongo a buscar por toda la oficina la maquinita de los tickets antes de que empezase a llegar gente y me quitara el puesto. Desaparecida. Veo que entra la chica simpática del “en qué puedo ayudaros” Me la señala, la máquina, detrás de una columna escondida... como para verla.
Saco mi ticket, me pongo a la cola [¿?] y todo solucionado.

Por cierto la pantalla donde salen los numberitos, también estaba detrás de la columna. Se ve que juegan siempre al despiste con lo de la pantalllita. Pero de todo se aprende. Ya no me pillan desprevenido con el invento.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Leer da información...dicen

Martes. Acababa de terminar Leviatán, de Paul Auster. Era temprano, no tenía clase y me pareció buena idea acercarme al Koldo a devolver el libro y a sacar otro del mismo autor.
Me dirigí directamente a la sección de la biblioteca donde sabía que se encontraban colocados los libros que buscaba. Tras alcanzar el primer piso, visualicé la zona 9-A.
Pronto localicé al autor, pero eran todo traducciones al vasco. A pesar de mirar libro por libro detenidamente no encontraba nada.
Decidí utilizar el ordenador, el cual fue el que me dijo la primera vez que “Aus” se encontraba en la 9-A.

# Catálogo de búsqueda no operativo #

Luchando con el software me encontraba cuando vi una chica joven con rizos color canela y pantalones de pana negros con el libro que yo acababa de entregar.
Perfecto, la sigo y veo donde coloca el libro y allí estarán sus hermanos. Lamentablemente lo puso al lado de los de habla eusquera que ya había encontrado.
[Cambiaré de ordenador a ver si hay más suerte]
Éste me daba una lista de los posibles libros disponibles, pero [¿?] no indicaba dónde se encontraban.
Volvió a pasar ricitos. Le pregunté.

-Mira, perdona...
Y le expliqué todo el problema.

-¿El ordenador no te dice el lugar de colocación de cada libro?
-No. O yo lo estoy mirando mal.
-¿Que raro no?
-Míralo conmigo si haces el favor.
Nos acercamos al ordenador.
-¡Ah! Pues tienes razón. Pues no tengo ni idea, ni dónde pueden estar los libros que buscas ni qué le ocurre al ordenador.
-...
-Baja y pregunta en recepción.
-Sí...er gracias.

Allá que me voy.
-Buenas, mire vengo de arriba...

Le escalfo toda la historia y me dice que eso no puede ser. La invito a que lo compruebe por sí misma.
-Vaya, es cierto. Estarán en reparación.
[Querrás decir en restauración]
-¿En reparación? ¿Y por qué dice el ordenador que está disponible?
-Por eso, porque están reparándose y no se pueden coger.
[¿?¿? Esta está tonta o ¿me toma el pelo?]
-Am.. claro claro será por eso.
[sí sí...claro lo llevas tú]
-¿Entonces no hay un libro en toda la biblioteca de ese autor en un idioma legible para mí?
-Pues te voy a mirar.
[Bueno mientras no me toques]
-Hay uno de teatro si quieres. De Paul Auster. En la sala de lectura
-Bien, donde está
-En la sala de lectura
[¿No me digas? Creí que tendría que bajar al sótano a por el libro]
-¿Pero no me dice el código para localizar el libro?
-Es que el ordenador no me da ningún código.
-Entonces vale, miraré libro por libro hasta encontrarlo, no creo que tarde más de 15 ó 20 años
-En la sala de lectura en la A.
[No va a ser en la “L” de libro]
-En cualquier parte de la A de toda la sala de lectura
-Sí, entra en la sala de lectura y mira la A.
-En una de las 8 o 9 o... salas de lecturas y en la A... de Paul. De acuerdo.
-No en la A de Auster.
[¿No me digas sí? Joder seguro que para entrar aquí te han hecho un examen duro]
-Gracias.

Después del maravilloso diálogo de Besugo que me ofreció la encargada de la “información” de la biblioteca, me dirigí hacia una de las múltiples salas de lectura que había. Tras visitar 2 sin encontrar la “A” por ninguna parte llegué a una en la que había muchos periódicos y una gran estantería con múltiples “A”. Me puse a buscar “Aus”. Al cabo de los minutos encontré un libro suyo, “Pista de despegue Poemas y ensayos 1970-1979” se titulaba pero ni rastro de ninguno de teatro.
[Bueno me llevaré éste]
Llego al mostrador y me atiende de nuevo Marilyn von Sovant.

-¿Ya lo tienes? –Dibujo una media sonrisa para indicarle que sí.
Me pasa el libro por el scanner. Se queda mirándolo unos segundos y dice:

-¿Pero éste no es de teatro eh? Es de Poesía.
[¿Qué haces Manuel? ¿Te ríes? ¿Lloras?]
-Ya...er... ¿Lo dice ahí... no?, en la portada del libro.
-¡Ah! Claro. Encontraste la A...
-Bueno sí, una vez que recordé que la “A” venía antes que la “B” ya fue fácil.

Guardé el libro y me marché intentando no explotar de la risa. ¿Qué les darán de comer a esta gente?

lunes, 3 de diciembre de 2007

Están en las salas

Anoche Bichi y yo nos sentábamos en las butacas del “Antiguo Berri”. Una mini sala de cine estupenda para como suelen estar las de por aquí. Una temperatura agradable, todo muy limpio, buen sonido. Cómodos.Comienzan los traileres. Apagan todas las luces excepto as de emergencia y unos leads azules que señalizaban los escalones. Centramos ya toda nuestra atención en la pantalla, cuando por el rabillo del ojo veo una extraña luz flotando en la oscuridad.

Al parecer, la imagen agradable y predispuesta que tenemos...er...teníamos algunos del típico acomodador de cine o teatros está cambiado. Puede que por el estrés en el trabajo, puede que por influencias del mobbing, puede que por el uso continuo de anfetaminas, o por un exceso de películas de espías, interrogadores, GESTAPO alemana, etc, o quizá un simple flipao de la vida o nada más normal que un mal día del muchacho; su “modus operandi” fue diferente.

La sala estaba prácticamente vacía, unas siete personas nada más. Detrás de nosotros una pareja y una chica, a los que el revisor alumbró sin contemplaciones. ¿? Luego pasó a la fila donde bichi y yo nos encontrábamos e igualmente nos enfocó con su haz de luz directamente.
He pasado controles de la guardia civil de tráfico, en los que me he sentido menos examinado, pero bueno. Sin incidencias.
Lo gracioso llegó al alcanzar un par de filas más alante en donde se encontraba una joven pareja.

Los delincuentes juveniles habían osado apoyar levemente la pierna contra el asiento delantero. En esto que Himmler les enfoca a la cara con su linterna zigzagueando una y otra vez, con cara de perro, babeando y gritando a la vez que movía la linterna...

-¿Os parece bonito? ¡¿EH?! ¡¿EH?!

Claro los muchachos pues al principio no sabían a qué se refería y le miraban con cara de susto.

-¿Pero qué...? ¿Que si os parece bonito? –Decía sin dejar de restregarles la luz por el rostro.

-¡Que bajéis esos pies de ahí! ¡Que los bajéis!

¿?¿?¿?. Bastante cómico la verdad, y fuera de lugar. Evidentemente después de los malos modos de decir las cosas, lo más probable es que ocurrieran accidentes. Bebida que se derrama, trozos de envoltorio por el suelo, palomitas pisadas, más bebida vertida, etc.

¡Ay! Mi querido acomodador... ¿nadie dijo que fuera “incomodador” verdad?
Cuán fácil y más productivo hubiera sido llegar y decir:

-Disculpad muchachos, tenemos la sala recién limpia, si no os importa intentad no pisar la tapicería de los asientos, porque luego es muy trabajoso limpiarla para la siguiente sesión. Gracias. Disfrutad de la película. Todo acompañado de una sonrisa.
Con lo caro que está el cine, encima que tengas que aguantar a un gilipollas... seguro que aún está frotando alguna pegajosa mancha de Coca-cola de la butaca...