lunes, 3 de diciembre de 2007

Están en las salas

Anoche Bichi y yo nos sentábamos en las butacas del “Antiguo Berri”. Una mini sala de cine estupenda para como suelen estar las de por aquí. Una temperatura agradable, todo muy limpio, buen sonido. Cómodos.Comienzan los traileres. Apagan todas las luces excepto as de emergencia y unos leads azules que señalizaban los escalones. Centramos ya toda nuestra atención en la pantalla, cuando por el rabillo del ojo veo una extraña luz flotando en la oscuridad.

Al parecer, la imagen agradable y predispuesta que tenemos...er...teníamos algunos del típico acomodador de cine o teatros está cambiado. Puede que por el estrés en el trabajo, puede que por influencias del mobbing, puede que por el uso continuo de anfetaminas, o por un exceso de películas de espías, interrogadores, GESTAPO alemana, etc, o quizá un simple flipao de la vida o nada más normal que un mal día del muchacho; su “modus operandi” fue diferente.

La sala estaba prácticamente vacía, unas siete personas nada más. Detrás de nosotros una pareja y una chica, a los que el revisor alumbró sin contemplaciones. ¿? Luego pasó a la fila donde bichi y yo nos encontrábamos e igualmente nos enfocó con su haz de luz directamente.
He pasado controles de la guardia civil de tráfico, en los que me he sentido menos examinado, pero bueno. Sin incidencias.
Lo gracioso llegó al alcanzar un par de filas más alante en donde se encontraba una joven pareja.

Los delincuentes juveniles habían osado apoyar levemente la pierna contra el asiento delantero. En esto que Himmler les enfoca a la cara con su linterna zigzagueando una y otra vez, con cara de perro, babeando y gritando a la vez que movía la linterna...

-¿Os parece bonito? ¡¿EH?! ¡¿EH?!

Claro los muchachos pues al principio no sabían a qué se refería y le miraban con cara de susto.

-¿Pero qué...? ¿Que si os parece bonito? –Decía sin dejar de restregarles la luz por el rostro.

-¡Que bajéis esos pies de ahí! ¡Que los bajéis!

¿?¿?¿?. Bastante cómico la verdad, y fuera de lugar. Evidentemente después de los malos modos de decir las cosas, lo más probable es que ocurrieran accidentes. Bebida que se derrama, trozos de envoltorio por el suelo, palomitas pisadas, más bebida vertida, etc.

¡Ay! Mi querido acomodador... ¿nadie dijo que fuera “incomodador” verdad?
Cuán fácil y más productivo hubiera sido llegar y decir:

-Disculpad muchachos, tenemos la sala recién limpia, si no os importa intentad no pisar la tapicería de los asientos, porque luego es muy trabajoso limpiarla para la siguiente sesión. Gracias. Disfrutad de la película. Todo acompañado de una sonrisa.
Con lo caro que está el cine, encima que tengas que aguantar a un gilipollas... seguro que aún está frotando alguna pegajosa mancha de Coca-cola de la butaca...

3 comentarios:

SyNKRo dijo...

No te lo he dicho todavía pero te está quedando bastante aparente el blog, siempre se te dio bien esto de escribir :)
Respecto al post:
A) Por suerte en estos lares no hay acomodadores más allá de unos personajillos abre/cierra puertas en los cines, no incordian con molestas luminiscencias y puedes estirarte cómodamente sobre tu butaca mientras (a veces) disfrutas de una (buena) cinta.
B) Por desgracia en estos lares no hay acomodadores más allá de unos personajillos abre/cierra puertas en los cines, cuya falta de presencia en la sala provoca una debacle en forma de pasta pegajosa mitad residuos de bebida, mitad puré de palomitas, mitad otras substancias inidentificables. Por otra parte su no-presencia también facilita la labor de los pseudo-humanos que van al cine a incordiar (y diles que se estén quietecitos...)
In medio virtus...

Keydeth dijo...

JAJAJA...eres un crakc!! gracias por tus comentarios!! Ya pronto nos echamos unas cañas juntos en la
"tasca del guiri"

SyNKRo dijo...

Eso está hecho ^^