Caminaba. Lento. Observaba, recordaba y sufría. Poco a poco notó cómo ese sentimiento tan inhóspito, tan sumamente conocido para él, le invadía poseyéndole por completo. Trató de evadirse, convencerse, explicarlo; para así poderlo abnegar. Falló.
El veneno le inundaba. Sus ojos, su cerebro, su corazón… buscaban un remedio, un salvavidas un antídoto. Todo estaba perdido ya.
Subía por el brazo como otras veces, partiendo siempre del estómago. A veces se dividía y comenzaba por el lateral derecho, o el izquierdo. Otras, por ambos a la vez, aunque en ésas, remitía pronto y no pasaba del pecho. Esta vez parecía preocupante. Había inhabilitado por completo el brazo derecho, en un tiempo record, y no parecía demorarse. Todo el costillar, el hombro, el codo... y arrasaba, ahora, fríamente los dedos de la mano.
Se sentó. Reclinó la cabeza en el laminado banco, blanco de color y se perdió entre nubes.
-Quizá entre sus formas pueda refugiarme. –Pensó. Nada más lejos. Hasta ellas parecían mirarle, desafiarle, recordarle el por qué, burlándose.
Se le acercaba al cuello, donde pareció detenerse. La sensación era algo parecido a estar metido en un bidón con el agua rozándote la nuez.
-¡Ha parado! –Creyó, aunque sólo para darse cuenta que no era más que mera estrategia militar. La complejidad del cerebro exigía demasiada energía, era necesario conquistar primero todo el cuerpo del muchacho.
Las piernas, libres y nunca antes expuestas un peligro similar, sufrían esta vez la amenaza en toda su densidad. Tan deprisa que no tuvo más remedio que levantarse y seguir caminando. Anduvo lo más rápido y lejos que pudo. O que le dejaban. En apenas cuarenta segundos, recorrió más del doble del trayecto que habitualmente frecuentaba.
Tan sólo un par de minutos habían pasado desde el pequeño brote que surgiera en su interior y yacía ya bajo la sumisión total.
Sumergido. Perdido. Desesperado. Se rindió, dando carta blanca a todo lo que le sugería esa pequeña voz que le hablaba, le insinuaba, prácticamente le exigía.
La ira, dueña y señora de su voluntad se abrió paso hacia el exterior de forma extrañamente contenida.
Sin desperfectos físicos o materiales. Sin verborrea incontrolada ni gestos o símbolos manuales. Tan solo la mirada… su mirada, era la que decidía a quién dejaba vivir o a quien arrasaba bajo el fuego eterno.
Así, apenas hubo quien se enteró que ese día había nacido un loco, un adicto, asesino. Pasando totalmente inadvertido. Hasta que en un futuro, puede que no muy lejano, la ira que le corroe, corrompa también el poco espíritu que la mantiene encerrada en la cárcel de su mirada.
9 comentarios:
Es un relato sobre la ira, que esta descrito de una manera muy intrigante y medida.
Me gusta, me gusta bastante.
Da una sensación de lentitud y quietud que me ha hecho pensar en el lado que no habia visto sobre la ira.
Un saludete
Como escarpias me has puesto los pelos...
Me gustaría que estallase.
Es una de las emociones más difíciles de contener.
¿Te puedes creer que le sigo dando vueltas a tu relato?
Me gustaría ser así, sentir la ira así. Soy una persona que estalla enseguida, por lo cual, no puedo sentir esas sensaciones.
Me indiquieta...
jelens: Gracias socia. La verdad es que yo también soy de los que me disparo... pero no creo que ser como el del relato sea bueno, porque sentiría mucha presión dentro y eso debe dañar bastante. ¿?
Synkro: Gracias hermano. El estallido os lo dejo a cada uno de vosotros que lo imaginéis como más os desahogue. :)
anodadada me he quedado.sin palabras.bueno,sí..solo 3:me ha encantado.
la verdad es que sí que es posible ir sintiendo cómo la ira te va corrompiendo desde lo más profundo de tu ser,cómo te posee y te llega a convertir en algo que incluso tú mismo puedes llegar a odiar;creo que alguna vez me ha pasado...y me he convertido en alguien horrible,capaz de herir a gente a la que aprecio pero que a su vez y sin ningún motivo aparente, parece que odio.
buenísimo,nada más que decir.
saludos!!
UMMM, tendré en cuenta a partir de ahora que tienes un lado oscuro,....procuraré no mosquearte por si te sale ese dolor....
Ya contamos con un nuevo escritor???
Nancy Callajan: Muchas gracias, agradezco mucho tu apreciación. Es genial tenerte por aquí.
Isas: Todos tenemos un lado oscuro "LUC" sólo déjate llevar...MUAHHHAHAHAAHAHA!!
Pues apenas soy un aficionado en lo dedico mis ganas y esfuerzos diariamente que es la música... como para poder ser escritor... jaja que va... jejeje
Sí... aficionado... un genio aficionado... qué se le va a hacer...
AJA !!!!AHORA VEO QUE ME COMPRENDES BIEN...cuando no te gusta mi comida.
- ¿otra vez pescado al horno?,vale,ya me hago yo algo en el microondas.
AHHHGGG CUIDADO CONMIGO soy peligrosa...
T.Q.Sushi.
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