En un día como hoy....

Hace 26 añazos, ahí es nada, en un día como hoy (bueno a lo mejor las estrellas tenían otra posición en el firmamento. Las bolsas de cheetos costaban 5 duros y había gominolas de peseta. Espinete no había dado paso aún a Los mundos de Yupi y no existían los Teletubbies. No había Colacao turbo ni pan Bimbo sin cortezas [te las tenías que comer sí o sí]. El equipo "A" y el coche fantástico inundaban toda nuestra imaginación. Internet y los teléfonos móviles eran igual de reales que el teletransporte o los viajes interestelares a la velocidad de la luz, oiga.) ...pues eso en un día (más o menos) como el de hoy pero 26 years atrás, nació una de las personas más relevantes e importantes de mi vida. Tardaría en conocerlo aún unos 7 años, pero nuestros caminos estaban destinados a entrelazarse.

Clase de 1º de E.G.B. (Educación general básica) grupo "B" Final de curso.

Arrodillado en el suelo, me disponía a colorear toda la parte de hierba que se representaba en el mural. Tras un periodo de tiempo que se me antojó tiránicamente larguísimo (a penas 2 minutos) pues mi imaginación me colocaba con unos grilletes y con sonidos de latigazos a mi espalda junto con gritos que resonaban -¡Esclavo no dejes de colorear o llamaremos a la señorita y te castigará sin recreo!
Pasó una mosca. Y mi mente olvidó grilletes, guardas, gritos y latigazos. Dejé la cera verde en el suelo y me dirigí a observar la pintura desde las alturas. Un metro aproximadamente. Una vez reconocido a vista de pájaro dicho paraje, me dispuse a continuar con la ardua tarea asignada.
Mas cual fue mi sorpresa, la cera no estaba. ¿Alienígenas? ¿Juguetes con vida propia? (no, esto no, porque Toy history aún no se había estrenado) ¿Pipi Lamstrung? ¿La bruja Avería? Mi cerebro buscaba una explicación lógica para tan repentina desaparición. Cuando por fin la localicé en manos de un impostor. Para allá que me fui.

-Esa cera es mía.
-Estaba en el suelo.
-Es mía.
-Ahora la estoy usando yo.
-LA he sacado de mi estuche, además tu puedes usar la marrón y la azul porque en tu parte hay un puente y un río. Yo solo puedo usar la verde.
-Mala suerte.
-Dámela.
-No.
-Que me la des.

Y me abalancé sobre él. Forcejeamos. Ni el mismísimo Rambo podría haber soñado con una pelea tan digna como ésta. La cera a modo de machete turnaba de manos una y otra vez. Me encontraba en plena selva luchando a vida o muerte contra un indígena. Notaba como los insectos venenosos morían aplastados bajo el rodar de nuestros cuerpos.
-Ya eres mío -Parecía decirme cuando se encontraba encima de mí casi a punto de lograr arrancarme la cera de las manos cuando...

-¡Jjjjjjaaaaaaasssssssss!

El peor sonido que podíamos oír, penetró en nuestras mentes.

-El que no sea cuidadoso rompa el mural de la clase, tendrá un duro castigo.

Había advertido en multitud de ocasiones la señorita Rosi. Esa frase se había grabado al fuego en nuestra psique y nada se igualaba al terror de un castigo impartido por la profesora.
Ambos nos detuvimos en seco. Y sin ponernos de acuerdo pero completamente coreografiado, nos levantamos para hacer balance de los daños colaterales causados. No había escapatoria. El mural, de unos 4 metros de ancho por uno de alto, se encontraba diseccionado ahora en dos, por medio de una raja de unos 45 centímetros. Cual perro guardián alertado al menor ruido, la profesora nos echó el alto.

-Keydeth y Syncro. ¿Os parece bien lo que habéis hecho al trabajo de toda la clase?

Como el Dr. Octopus a Spiderman. Jocker a Batman o Mac "el tranca" a Mortadelo y Filemón, miraba yo a Syncro. Le odiaría para siempre. No habría tregua ni perdón para aquel individuo.

-Castigados toda la tarde. Idos con los que se están aprendiendo las canciones para el campamento de verano.

Resignado me adentré en las tenebrosas fauces de la secta del campamento. Parecían adorar a dioses malignos. Cantar hechizos malévolos y practicar rituales de lavado de cerebros. Me encontraba como Ulises atado al mástil de su barco mientras escuchaba las sirenas. O como Indiana Jones presenciando el sacrificio dentro de "El Templo Maldito". Para colmo nos habían sentado juntos y aunque durante el primer rato nos dimos la espalda, al cabo de una hora estábamos tan aburridos que comenzamos a charlar y a reírnos de las tonterías que les hacían cantar. Así, salimos de allí unidos por un extraño vínculo de amistad en ciernes.

Amistad que tras pasar por todo tipo de crisis y boicots externos, perdura aún más fuerte y pura que nunca. Por eso en un día como hoy quiero dedicar este post y estas verídicas líneas a, no ya mi amigo del alma, sino mi hermano, Syncro.


FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!!!!